Al final la glamurosa Stylisha decidio su objetivo. Iria a la capital de la isla y allí arrasaría con cualquiera que se metiera en su camino. Así que se despidió de Samuel, el cual juraría que estaba conteniendo las lagrimas mientras lo hacia, y se fue hacia su siguiente destino. El viaje fue corto gracias a que solamente salir un amable camionero con solamente el 70% de la superficie de su piel tatuada la recosió y la llevo a su destino.
Allí estaba con su glamuroso modelito digno de cualquiera reina del PokeBronx en medio de la ciudad. Era un lugar claramente dirigido para turistas, lleno de actividades, colores brillantes y bebidas con sombrillita. En la calle no faltaban tiendas de souvenirs y de ropa entre otros tenderetes que vendían de todo.
— Shhh Chica... — Escuchó una voz proveniente de su derecha se giró y encontró una anciana que tiraba las cartas del tarot — Niña.... ven aquí.... niña de la profecía no temas...
Allí estaba con su glamuroso modelito digno de cualquiera reina del PokeBronx en medio de la ciudad. Era un lugar claramente dirigido para turistas, lleno de actividades, colores brillantes y bebidas con sombrillita. En la calle no faltaban tiendas de souvenirs y de ropa entre otros tenderetes que vendían de todo.
— Shhh Chica... — Escuchó una voz proveniente de su derecha se giró y encontró una anciana que tiraba las cartas del tarot — Niña.... ven aquí.... niña de la profecía no temas...